miércoles, 16 de diciembre de 2009

Guerreros del arcoiris

Tengo mucho que decir sobre este encuentro, el concierto y lo que hablé con estos dos sujetos fuera de cámaras
(Tranquilidad, ya vienen vacaciones y me pondré al día con todo lo que debo: amistades, textos, romances, etc, etc)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El verdadero atentado
Risible, hilarante, ridícula y estúpida, sólo así se puede definir la reacción del ex alcalde y los medios de comunicación de Arequipa ante las huellas e inscripciones que aparecieron en las veredas de algunas calles. Todos se agitan, se arañan, se alborotan e indignan considerando el hecho un acto delictivo, vejatorio de infinita gravedad contra el Centro Histórico de la ciudad. Un daño terrible, irreparable al ornato público. Y tan sólo se trata de una inocente intervención artística, para algunos cojuda, para otros cojonuda y para terceros prácticamente invisible (pues se borra con un poco de agua). Al responsable se lo ha adjetivado de huachafo, estúpido, enfermo mental, perturbado, inadaptado, etc., pero este inocuo artista no manchó ni pintarreajó una sola pared sino que realizó su acto en el suelo, el mismo donde la gente caga, escupe, orina y camina, sin embargo, el furibundo ex alcalde dice que se hará una profunda investigación para hallar al o los responsables.
De lo que debería el común escandalizarse no es de la osadía del interventor desconocido sino de la inepcia y falacia bárbaras respecto al tema de la seguridad ciudadana. Así pues, en el momento en que este temerario artista imprimía sus huellas en la Plaza de Armas, alguien pudo haber estado siendo asaltado, violado, masacrado, asesinado en ese mismo punto de la ciudad sin posibilidad de salvarse o hallar a los culpables. Pues toda esa farfulla respecto al tema de las cámaras de seguridad es falsa. Ese es el verdadero atentado contra la ciudad: la inseguridad pública.
Respecto a la intervención pues sólo puede parecerle algo estúpido a seres inopes de imaginación como los conductorcillos de ese programita de las diez (creo) del canal 9, pues si se dan el trabajo mental de ir más allá de la metáfora y el verso, se trata de una reflexión sobre la existencia, el tiempo, la velocidad y la indiferencia con la que los seres humanos transitamos, respiramos, nos movemos y morimos, además de ser –desde luego- una provocación a la impericia, ineficiencia, incapacidad e inutilidad de los gorilas fulleros y cobardes de Serenazgo y los tipejos que a mal son nuestros servidores públicos, porque no son nuestras “autoridades”, léanlo bien, sino nuestros servidores.
Continuará…
M.P