martes, 13 de diciembre de 2011

Pechito que come papa

Cajamarca marcó la pauta. La situación espinosa sirve para la proliferación de los clichés periodísticos. Coleguitas de radio y televisión no dudan a la hora de terminar sus opiniones con las contundentes “deben tomar cartas en el asunto” o “donde las papas queman”. Sobre esta última expresión se ha abierto el debate gracias a Marco Aurelio Denegri.

El conflicto semántico puede tener su origen en la rivalidad histórica entre MAD y Martha Hildebrandt. Esta última acaba de publicar “1000 palabras y frases peruanas”, libro que fue ampliamente comentado por el conductor de “La función de la palabra”. El punto más alto de su crítica llegó cuando le tocó referirse a la expresión “cuando las papas queman”, misma que la lingüista dice que se utiliza para describir una situación espinosa en alusión al tubérculo y su dificultad para manejarlo al salir de la olla hirviendo.

Denegri de inmediato afirmó que Hildebrandt estaba en un error terrible. La frase, a su criterio, se refiere a “la papa sexual” y no al tubérculo. Que queme no significa que altas temperaturas hayan asaltado la matriz femenina sino que se encuentra infectada con alguna enfermedad venérea. En resumen, la papa que quema es una vulva que transmite blenorragias.

La afirmación ha puesto a la prensa en alerta. La frase; acaso tan usada como “tapar el sol con un dedo”, “coger al toro por las astas”, o “en medio de dramáticas escenas de dolor”; cobra un significado nuevo y vibrante que podría ser malinterpretado si se sigue usando con esas licencias propias del oficio.

Justamente el primer interesado en renovar su repertorio de frases debería ser Toño Vargas, granítico narrador de los partidos de fútbol de la selección. Acostumbrado a emplear oraciones como “hablan las imágenes”, Vargas se lo pensará mejor cuando Pizarro ingrese al área rival y tenga a dos defensas y al arquero encima. Decir allí que las papas queman podría acabar para siempre con la imagen que tenemos del viril capitán de la bicolor.

Sería bueno que Marco Aurelio especifique los alcances de su explicación y si es aplicable al uso del término papa en cuanta construcción gramatical se haya hecho. Por ejemplo, uno ya tiembla ante la sospecha de la intención soterrada del vendedor de mercado frente a una compradora potencial:

“Está rica la papa, casera”.

Lo coloquial ahora preocupa. Después de semejante revelación uno debe cuidarse de utilizar las frases correctas ante la dama interlocutora. Frente a la presencia de una muchacha seducida por los cánones actuales de lo bello y que come buenamente una rama de apio y dos zanahorias al día, nunca más se podrá hacer la recomendación:

“Échale más papa al caldo”

Sobre todo cuando caldo tiene como sinónimo a la sopa y creo que todos sabemos las relaciones que pueden establecerse entre ambos términos. Inaceptable, francamente.

Desconcertante recordar ahora la campaña del Ministerio de Agricultura, que se lanzó bajo el nombre de “Papea Perú”. ¿Era acaso una invitación gubernamental a que nos lancemos como país a una cruzada pro-cunnilingus? Incluso hoy perturba el slogan que se utilizó para semejante maniobra:

“Este pechito come papa”

Todavía hay temas pendientes que involucran la diferencia lexicográfica entre la papa como tubérculo, cuya acepción es quechua según Denegri, y la otra de origen latino. Por ejemplo: El apellido de Georgios Papanicolaou, médico pionero en diagnosticar el cáncer cervicouterino y que podría decirse que creó el examen que lleva su nombre (o más bien su apellido) ¿tiene que ver con esta discusión con la Hildebrandt o se trata solo de una feliz coincidencia?

Y finalmente, ¿el Sr. Cara de Papa y su esposa, la elegante señora Cara de Papa, tienen que ver en este asunto? Esa respuesta es urgente, de lo contrario las películas de Toy Story no volverán a tener el mismo candor infantil.

martes, 29 de noviembre de 2011

El Espantacuervos según Omar


El tremendo caricaturista Omar Zevallos me ha hecho el honor de hacerme un dibujo. Faltarán pisco sours para agradecérselo.


sábado, 5 de noviembre de 2011

El concierto que Arequipa se perdió



INXS inició su gira mundial en Arequipa. No es broma. La banda australiana escogió esta viña del Señor para presentar, además, a su nuevo vocalista, el irlandés Ciaran Gribbin. Todo eso en un show de primer nivel técnico, de una calidad rara vez vista en esta ciudad. Afortunados los casi 4 mil que lo vimos.

Siempre es conmovedor un debut. Las críticas más encarnizadas o los reconocimientos más sinceros aparecerán de inmediato y podrían marcar para siempre la carrera de un novel artista. Quizás por eso el irlandés Ciaran Gribbin se ríe nervioso. Ha entrado al bar del Hotel Libertador tratando de ser canchero a sus 32 años. Se ha abierto una cuenta en Twitter para ir sumando fans y contarles que ha llegado por primera vez a Arequipa. También ha aprendido a decir “Muchas gracias” en un español algo espantoso. Es el nuevo vocalista de INXS.

Ha llegado a la banda luego de algunas peripecias. El antiguo vocalista estable, JD Fortune, dejó de ser el frontman de los australianos cuando estos lanzaron un nuevo disco a principios de este año. No le iba mal como reemplazo de Michael Hutchence, la eterna sombra que se encarama sobre la banda, pero hay cosas que, se sabe, no van a durar. Su permanencia en INXS era una de ellas.

Hace dos meses solo conocíamos su voz. La banda había puesto online un nuevo tema (Tiny Summer) con Ciaran en el micrófono, pero dejando su nombre en el misterio. Cuando faltaban semanas para su llegada a Arequipa recién se conoció su identidad. Era amigo de Andrew Farris, ese genio silencioso que es el compositor de los grandes temas de INXS. Lo llamaron a las 4 de la mañana, hace 6 meses, para confirmarle que su vida había cambiado para siempre. Desde entonces duerme poco.

En el bar del Hotel Libertador,Ciaran está acompañado de John Farris, baterista y miembro original del grupo. Es hermano de Andrew y Tim, con quienes formó en 1977 la banda que entonces se llamaba “The Farris Brothers”. Se les unieron Kirk Pengilly, Garry Gary Beers y claro, Hutchence. El resto es historia. En Arequipa John luce canas, arrugas y la calma de quien lleva en esto más de 30 años. Han aceptado dar una única entrevista durante su estadía en la ciudad. “Es más, El Espantacuervos es el único programa de TV que tendrá una entrevista durante toda su gira”, dice su producción. Ciaran y el entrevistador son los más nerviosos en todo el hotel.

Todo sale bien y la conversación termina entre carcajadas bilingües.

Noche de jueves

El escenario del Jardín de la Cerveza se luce con la batería blanca de INXS. La noche del concierto va recibiendo a los fans que han llegado hasta Cerro Juli para verlos. No llenan el lugar pero hacen lo justo para hacerse sentir. La banda respeta al público y sale a las 9:30 pm como habían anunciado. Ciaran se presenta con lo mejor que tiene: su voz. Le bastaron 3 canciones para ganarse a la hinchada. “Los amo”, decía, ensayando su español. Entre los fanáticos había gentes venidas de otros países que celebraban con cerveza este inicio de gira. Ciaran brindaba con ellos y trataba de seguir embalado en su performance. Lo logró.

Impecable en lo técnico, el sonido de inmediato fue protagonista. Nada de saturaciones ni rebotes mal hechos. Con esa calidad, sólo quedaba que Ciaran se luciera en la interpretación de clásicos como “Suicide Blonde”, “DevilInside”, “New Sensation” o “Don´t change”. Punto aparte fue “Beautiful Girl”, cantada en una nueva versión, la misma que hacen en el álbum “Original Sin” lanzado este año. Beatiful girl, stay with me, gritaron todos.

El mejor homenaje a Hutchence fue el silencio. Ocurrió durante ese himno ochentero que es “Never tear us apart” donde la banda se quedó callada a media canción. Un gestazo que provocó los gritos del público. Se había cumplido con la historia.

Ya para el final, Ciarán salió con la blanquirroja de Guerrero y regaló unas pelotas autografiadas. Empezaron los abrazos, las felicitaciones, los adioses. La Ciudad Blanca tuvo el privilegio de verlo debutar con una banda como INXS y entregarse a una audiencia que no por pequeña fue poca. Cada aplauso tenía reverberancias de estadio. Quienes fueron a verlos les hicieron sentir a los australianos (y al irlandés) que todavía quedan rockeros dispuestos a llegar ojerosos un viernes al trabajo, después del mejor concierto que ha tenido Arequipa este año.

martes, 4 de octubre de 2011

El Joven Nostálgico




Finalmente, el texto de presentación del libro de Pedro Canelo.

El Joven Nostálgico es casi el libro más triste que he leído. Llega a mis manos en un momento terrible, donde la calvicie asoma peligrosamente y las historias entre amigos empiezan a ser sospechosamente repetitivas. Nos estamos haciendo viejos

Pedro Canelo es un viajero en el tiempo. Es un Marty Mc Fly que ha decidido abordar el Delorean rumbo a épocas a las que estamos tan conectados que nos es imposible dejar de citarlas hasta en las charlas más elementales. No conozco a nadie que no utilice imágenes del pasado para hacer analogías que son entendidas por los compadres de su generación. “Sangras como May Lin” para recordar al maloso Tong Po de Kickboxer o “Pártele la pierna” evocando a ese sensei malo del Dojo Cobra Kai.

Y decía que era triste por el hecho de ser un libro cargado de ayer. Un pasado tan próximo que quizás no llega a ser historia pero es indefectiblemente tradición moderna. Canelo ha preferido rebuscar en nuestros recuerdos, que son los de un país entero, para recordarnos que hay un lenguaje común que manejamos entre peruanos, códigos que llevamos al salón de clase, a la pichanga del barrio, al bar de la esquina. Es el lenguaje de la nostalgia.

Y se nota claramente que la televisión ha sido fundamental en la formación de estas evocaciones. Desde el cibernético Festival de Robots, con el capitán Memo creando esos soundtracks de leyenda, hasta los encontronazos de Kevin Arnold siempre templado de la mongaza de Winnie Cooper. Es innegable entonces la importancia de la tele en nuestra formación como personas del siglo XXI, siendo sus historias de mentira pilares de nuestras vidas de verdad.

Y en la distancia que le dan los años vividos, Canelo vuelve a revisar esos pasajes, con las licencias que le da tener un trabajo para vivir y saber que en el mundo no hay héroes que cuando encuentran el mal siempre cambian su cuerpo a metal. Entonces, uno ya crecidito y contaminado, puede ver con cinismo a la dulce Candy, y revisar con maldad sus coqueteos con todo ese elenco improbable. Solo chapó con Terry pero se templaron de ella Anthony, Stear, Archie y hasta Neil. Pedro, en lo que podría ser un exceso de adultez, propone crear un chonguito que lleve el conmemorativo nombre de “El hogar de Pony”. Lo que diría la hermana María.

Y si por un lado hay cinismo, otros textos reflejan una debilidad del autor por productos menos naif. Allí está su devoción por los Caballeros del Zodiaco, esos 5 muchachos masoquistas que ante cualquier cosa estaban dispuestos a abrirse las venas y hasta arrancarse los ojos en favor de la vida del otro, siempre en defensa de una Saori que, al final, demostraba que no necesitaba de estos 5 gaznápiros para salir de sus predicamentos de diosa Athena.

Mientras espero que canciones de mi adolescencia como “Smell like teen spirit” o “November Rain” empiecen a sonar en “la hora del lonchecito”, me conmuevo con cada cita de Canelo a estos personajes y situaciones que, descubro, han sido comunes a todos nosotros. No importa si viviste en Lima, Caylloma, Tarapoto o Jaén. Las historias de desfiles y útiles escolares nos son tan comunes que no creo que haya nadie en esta sala que no sepa lo que es una goma David, una regla Artesco o un liquid paper.

Entonces, El joven Nostalgico se convierte también en un homenaje a todos los que nos sabemos de memoria los chistes del Chavo del Ocho y tenemos en nuestro celular la canción de He-man. A los que vimos Nubeluz y sentíamos que esas minifaldas de las dalinas tenían algo más que el mundo glúfico. Canelo nos invita a revisar nuestras propias biografías pero en otra dimensión, aquella en la que no éramos tan sarcásticos y nos dejábamos guiar por la señal de los Thundercats.

Es un tributo a los que jugaron Pacman en Pinball y Space Invaders en Atari. A los que hoy ven la película “Punto de Quiebra” en TCM, classic Hollywood y dicen “pero si yo la vi en el cine recién hace poco”. Esos hombres y mujeres con los que, sin saberlo, tenemos un pasado común, una historia general marcada por un anecdotario universal.

Y es también la demostración del salto posible del blog multicolor al blanco y negro editorial. A los que somos un poco frikis y geeks, maniáticos de recordar cada conversación entre Rick Hunter y Lisa Hayes, nos es imposible dejar de aportar más información a lo vertido por Canelo. Inevitable enumerar los juguetes mencionados en el libro, muchos de los cuales todavía conservo y quiero poner como adornos en la sala de mi casa, pese a los reparos de mi novia que no entiende cómo al costado del florero puede estar estacionado El auto fantástico o un Varitech en posición guardián. Espero que lo entienda antes que nos invadan los zentraedi.


Bien Jugado


Y este es el texto que hice para la presentación del libro de Jorge Eslava en la Feria Internacional del Libro de Arequipa.

Qué difícil hablar de fútbol estos días, y justo hoy que se cumplen siete días de una tragedia enmarcada en el espectáculo que nos convoca ahora. Una pelota manchada de sangre no puede ser el corolario de la pasión.

Y es de pasiones que habla Bien Jugado, el libro que reúne algunas de las mejores crónicas escritas sobre este hermoso deporte lesionado de violencia. Jorge Eslava, hincha del fútbol desde el solitario puesto de guardameta, ha sabido combinar ambas pasiones, la de pelotero y la de escriba, para poner en la cancha estas historias de amor y odio, goles y tiros errados, abrazos y patadas en torno a los 90 minutos que paralizan el corazón de un verdadero aficionado.

Y en tiempos como estos vaya que es importante recorrer estas páginas. Y digo que es importante porque nos invita a recordar lo que realmente vale antes, durante y después del pitazo del árbitro. Recordar con pasión que antes del Cholo Payet, el loco David y el Negro Ampilio están el Cholo Sotil, el loco Quiroga y el negro Patrulla Barbadillo. El fútbol en su verdadera expresión, la de la belleza.

Pero en esa belleza también hay historias de pena que contar. Los encontronazos que se dieron estas estrellas cuando les tocó caer dentro y fuera de la cancha, cuando la pelota ya no rodaba más en sus vidas y entonces se enfrentan a la vida ya sin los chimpunes que antes fueron las herramientas de sus victorias.

Y otra vez la pasión regresa, expresada en la debilidad del hincha por los colores de su equipo. La celeste, la crema, la rojinegra, la blanquiazul, en fin, esos amores extremos que llevan a abandonar reuniones de trabajo, citas con la pareja, en fin, todo en pos de sentir cómo late el corazón al compás de cada pase, cada gambeta, cada gol. Amores revisados poetas como César Miró o Toño Cisneros, confirmando con sus deliciosos textos que el fútbol también es poesía. Por eso César Cueto, ese jugador genial que tuvimos el honor de tener defendiendo los colores de la patria, es el poeta de la zurda, no el narrador ni el prosista. Poeta. Punto.

Y revisando estos autores seleccionados por Eslava es inevitable imaginar las propias vivencias de estos hombres de letras con el fútbol. Pienso en Constantino Carvalho dominado la pelota, en Alfredo Bryce Echenique pateando el balón o el propio Mario Vargas Llosa, que nos ha contado tantas veces cómo llegó a vestir la camiseta crema de la U cuando todavía no existía un Nobel en sus aspiraciones de chibolo pichangero.

Y entonces uno va encontrando, como si las necesitásemos, justificaciones para esta pasión. Es común en las reuniones con amigos “intelectuales” escuchar como hablan con desprecio del fútbol, como costumbre de salvajes y actividad indigna de quien pretende hacerse de un lugar en el parnaso de la academia. Allí están las firmas que Eslava ha reunido sobre el tema para dejar en claro que no jodan con esas sentencias de quien no sabe lo que ponerse un chimpún. Ni hablar de la explosión interna que retumba en el grito de gol, ya sea ajeno o propio.

De mis favoritos, el texto de Jaime Bedoya sobre el cholo Sotil me parece formidable. La parábola de este jugador del Porvenir que desde el suelo llegó hasta el firmamento del Barcelona español, para luego obedecer a la ley de Newton y volver a vérselas con las ausencias del arenal. Pareciera que el fútbol peruano está signado por la historia particular de este jugador superlativo.

Eslava, como el Checho, participa en este libro como entrenador / jugador. Cuando le tocó ser Markarian hizo una selección brillante de los textos, debiendo dejar algunos fuera de la convocatoria, quizás pensando en una próxima eliminatoria, un nuevo libro. Y cuando salta a la cancha como jugador, se nota la pericia del arquero, el que tiene el mejor panorama, el que no puede equivocarse jamás. Y en ese puesto Eslava reniega de Chiquito Flores y su grosera coquetería. Reclama por la presencia eterna de Oscar Ibáñez en el club que tanto nos ha hecho sufrir. Sí tocayo. Yo también soy hincha de la U.

Hoy, que el fútbol saltó de la página de deportes a la de policiales, los hinchas que amamos este deporte con pasión inentendible le debemos hacer una pausa al juego. Volver a la banca y mirar la cancha, evocar a los héroes y villanos que han corrido kilómetros en el verde y a los que gritan desde las tribunas, incluso las imaginarias que siempre estaban en los partiditos frente a la casa, con dos piedras como portería. Nos merecemos revisar Bien Jugado no para entender ese calor que brota en el pecho cuando rueda la pelota sino para encontrarnos en las pasiones de los demás, de estos jugadores, de estos escritores, de estos hinchas. Una vez reflejados quizás no trataremos nuestra ilusión a patadas sino que nos abrazaremos como lo hacíamos con los goles de Cubillas, Perico León o Paolo Guerrero.

Claro y Directo


Este el texto que escribí para la presentación del libro de Augusto Álvarez Rodrich en la Feria Internacional del Libro en Arequipa.

Viene de las canteras de la economía, un territorio comanche donde los periodistas solemos meternos sin mayores directivas que la distancia entre presupuestos colosales y obras inconclusas o sueldos gigantescos en cargos de confianza. Esa formación en números le permite hacer algo que no es muy común entre los coleguitas: tener enfoque.

Podrá parecer algo secundario pero es vital a la hora de publicar un artículo, plantear una entrevista o cualquier cosa que uno se proponga hacer en prensa. Enfoque es lo que precisa un francotirador antes de apretar el gatillo. Una vez conseguido, el disparo sale hacia su objetivo sin interrupciones. Claro y directo.

Y es que Augusto ha hecho de la ausencia de adornos una marca registrada. Sólo así le puede plantear a Rosario Ponce como primera pregunta, luego del correspondiente buenos días, “¿Tú mataste a Ciro?”. Nada de ir dándole vueltas para ver en qué momento se lo planteo suavecito.

Claro y directo es también la recopilación de 8 años en el oficio de columnista, disparando desde una tribuna que suele ser minimizada por el lector que busca la velocidad de la noticia antes que la reflexión en pausa. Gracias a Augusto, la columna de opinión volvió a convertirse en espacio de ideas antes que simples monólogos diseñados exclusivamente para el lucimiento inútil de su autor.

Y es allí, en esas breves columnas, donde el personaje citado descubre que no todo es lo que le dicen sus ayayeros. Se da cuenta que existen otros adjetivos que pueden acompañar su nombre cuando mete la pata hasta el fondo. Se le revela al político mediano que siempre hay una espina en el costado que lo va a hincar al primer mal movimiento.

Esa sobriedad acaso también está motivada por lo señalado al principio, la cantera de la economía. Sin embargo, es su calidad como persona la que determina que cada opinión volcada en 45 líneas tenga un enganche inmediato con el lector avisado. Sólo lo primero (ser economista) es inútil y hasta absurdo en periodismo. Allí está el reemplazo de Augusto en Perú 21 para probarlo, además del otro economista que acompaña a Jessica Tapia en las mañanas y del que jamás me acuerdo el nombre.

Volver a leer esos textos es recordar tragedias. Cuentan una historia reciente que termina siendo una repetición permanente de atentados contra la libertad y metidas de pata gubernamentales. Augusto describe y opina siempre con la salvedad de ser una postura personal, sin la pesada cadena que lo obligaría ser “la opinión del diario”. Y con esa autonomía el teclado siempre es más certero.

Entonces da lecciones de periodismo sin pontificar sobre el oficio. Nada de pastillas para la moral ni clichés torpes llenos de sentencias. Otra vez preciso como cuando frente a un grupo de alumnos hace un tiempo confesó su primera lección en el trabajo de director. “Si vas a poner una calata en portada, ponla grandota o no la pongas”. Señores, eso es ser claro y directo.

Y allí también había espacio para reseñar a gente como Manuel D’ornellas, Walter Cronkite o el Veco, hablar de los blogs y comentar porque a los periodistas nos gusta tanto pelearnos entre nosotros. Pleitos que por cierto Augusto ha esquivado pero igual no ha podido evitar, como cuando Aldo Mariátegui lo cita con el adjetivo caviar que tanto le gusta. Ya ni ganas supongo quedan de responderle, salvo aquel episodio, ya en la radio con Rosa María Palacios, cuando el ataque vino cargado de patrañas y sólo quedaba botar el periódico al tacho de basura.

Y es que tanto número, sobriedad, corte de pelo al ras y barba cuidadosamente descuidada no llegan a ocultar otra dimensión de este columnista “brigadier del sentido común” como dice Hildebrandt. Y allí lo vemos convertido en vocalista eventual de La Sarita, gritando rock fusión con las canciones que le quedan más cómodas. Hasta se anima a salir en la novela Ana Cristina, provocando suspiros entre sus fieles seguidoras en Twitter, que le han puesto de chapa Papá Pitufo. Incluso la improbable China Tudela se lo llevó a la cama en una de sus ficciones de Caretas. Solo Augusto sabe si allí también fue claro y directo.

Entonces, quedamos en que Augusto es un hombre exacto. Que rechaza las rimbombancias en bien de su prosa y en beneficio de los temas que toca. Que está plenamente consciente del público al que le escribe sin ambages y hasta cuando se equivoca en una cifra, como hoy aduciendo a los meses que Humala se quedará en el poder, no tiene el reparo de hacer la advertencia y no se escuda en duendes de imprenta ni otras máscaras. Es un periodista salido de dónde menos se esperaba. Y qué bueno por el oficio.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La ruta de Ciro


La inverosímil idea que salió de la cabecita del alcalde de Caylloma ha impactado al país. Promover un paquete turístico basado en la desaparición de Ciro Castillo Rojo podría ser el comienzo de nuevas iniciativas en pos de aumentar las visitas a la región. Bussiness son bussiness.



En el aeropuerto de Medellín siempre hay alguien dispuesto a ofrecer un tour poco peculiar pero muy solicitado. “¿Usted quiere conocer la casita de Escobar?” le dicen a uno con esa parsimonia propia de los paisas. La casita en cuestión es la hacienda Nápoles, residencia bastante venida a menos de quien fuera el narco más poderoso del mundo. Pablo Escobar la tenía decorada con oro hasta en el water. Hoy deambulan los chivos por ahí. Nada del glamour que uno espera pero igual se llena de foráneos que pagan a los campesinos que la habitan para que les relaten cómo Don Pablo una vez puso en el dintel de la puerta la avioneta con la que hizo su primer envío de cocaína al extranjero.
Es un parque temático ahora, lleno de recuerdos salvajes y atrae a turistas con algo de morbo, que llegan hasta allí con sospechosas intenciones.
A miles de kilómetros al sur, en Arequipa, un misterio continúa sin resolverse. El valle del Colca probablemente alberga el cadáver de un muchacho que hace más de 5 meses se internó en el lugar junto a su desequilibrada pareja. A Rosario la encontraron 9 días después de extraviarse. A Ciro no lo vieron más. Lo han buscado amigos, familiares, policías y topos pero del joven universitario no hay rastros. Solo queda el testimonio de la última persona que lo vio, quien tiene la pésima costumbre de sonreír en los momentos más inoportunos. Como cuando le preguntan si mató a Ciro, por ejemplo.
La historia reúne los ingredientes idóneos para cocinar las más alucinantes hipótesis, que se mueven básicamente en el espectro criminal: ella lo empujó, lo mataron en una comisaría, se fugó, etc. Un sancochado con olor a sangre que sigue aumentando en volumen a medida que los días pasan y la prensa no tiene qué poner en portada. Hasta videntes le han metido al asunto.
Pero el nuevo aderezo de este puchero ha sido la aparición del alcalde de Caylloma, Elmer Cáceres Llica, político con barba de candado y perfilada nariz. Ausente de este trance durante toda la búsqueda, el alcalde Cáceres irrumpe en escena para sorprender al país con una propuesta revolucionaria. Aprovechando la convocatoria que tiene en todos los medios la tragedia de una familia que ha perdido a un ser querido, se va a crear “La ruta de Ciro”. No se han dado mayores alcances de esta iniciativa turística, pero se puede especular con que la zona podría convertirse en un parque temático, al estilo de la Hacienda Nápoles. Ensayemos cómo sería.
El turista aventurero sería privado de brújula, alimentos, mapas y demás implementos de alta montaña. Solo lo acompañará una mujer (autorizada por el municipio) que haga su viaje más entretenido. Este grupo de guías será solo femenino y llevaría el nombre de “Las Rosarios” o “Charitos”, especialistas en tomar fotos en modo automático.
Luego de varios días de deambular desorientados, la Charito de turno se separará del visitante para incrementar la experiencia de turismo vivencial. El paquete incluye la entrega de un souvenir que aún no se ha determinado. Se negocia entre unas hormiguitas y/o la copia del DNI de Ciro.
Los alcaldes distritales podrían empezar a imitar la iniciativa de Cáceres Llica. Que las tragedias sirvan para promocionar la ciudad. A fin de cuentas es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sabiendo que sus recargadas agendas no les permiten tener ideas innovadoras, desde aquí colaboramos con algunas sugerencias, inspiradas en la visión del alcalde cayllomino.
1. La Ruta de la electricidad. El Puente Grau fue testigo de la muerte de una treintena de personas cuando el 14 de agosto de 1996 un cable de alta tensión cayó sobre ellos, electrocutándolos. La comuna provincial podría promover visitas guiadas y conseguir el auspicio de Seal. Al final de la experiencia se les entregará un souvenir. Se sugiere una bombarda. Un cable pelado sería más barato, pero de muy mal gusto.
2. La Ruta de la familia. Se convoca a una visita guiada al hogar de los Marín Valdivia, tíos de la joven empresaria Sharon Páliza, que fue asesinada por ellos en uno de los dormitorios de la casa. Uno podrá meterse dentro del slepping bag que usó Javier Marín para tratar de sacar el cadáver de su sobrina sin despertar sospechas. El paquete completo incluye visita a la Tienda Antojitos, propiedad de la finada. El souvenir en este caso podría ser una botella de Inca Kola, bebida donde el homicida puso el somnífero que desmayó a Páliza.
3. La Ruta del Rector. Tour grupal a la vieja casona de la calle Melgar 408, donde perdió la vida Leoncio Molina, ex vicerector de la Universidad Alas Peruanas, luego de caer de una altura de 6 metros mientras hablaba por su celular. El visitante podrá tomar fotos del tragaluz fingiendo que pone el pie en falso. El paquete plus incluye souvenir que sería un teléfono móvil con el mismo ringtone que usaba el finado.
4. La Ruta del Faucett. Aprovechando la coyuntura a raíz del accidente aéreo en Chile, podrían coordinarse viajes en combi hacia la zona donde cayó el avión de Faucett el 29 de febrero de 1996. La visita sería siempre en grupos y los turistas posarán sobre los asientos chamuscados que se colocarán para la ocasión. El souvenir es la foto en sí misma, retocada en Photoshop para colocar un fuego de fondo.
5. La Ruta de Tractebel. Se incluirá dentro de todos los paquetes turísticos una visita obligatoria a las casas de Edgar Pinto Quintanilla y Fernando Talavera Soto, víctimas de la represión policial durante el Arequipazo del año 2001.
Incluye exposición del problema de redes en la ciudad a cargo de la Asociación de Usuarios del Servicio Eléctrico de Arequipa, que lleva el nombre del primer fallecido. Souvenir evidente: un cartucho de bomba lacrimógena y grabación en DVD del prefecto de entonces, Luis Gutiérrez, hablando por teléfono con el presidente mientras la ciudad estaba en una batalla campal. “No hay nada Alejandrito” se le escucha decir. Se incluye el audio del presidente Toledo tratando de negociar por la paz de Arequipa: “Uy, carajo… Si no, no entregamos Majes ¡y a la mierda!”.
Para aprovechar el boom gastronómico se podrían inventar platos con nombres sugerentes, imitando la intención del ex ministro Rafael Rey cuando creó el Pisco 7,9, en honor alterremoto que mató cientos de peruanos en Ica. Arequipa podría tener un plato llamado “No voy a la reelección”, en homenaje a los demonios interiores del presidente regional o “Situación de lodo”, recordando la respuesta del ex rector de la UNSA, Rolando Cornejo, cuando fue interrogado sobre los malos manejos financieros en la universidad.
Señores alcaldes, incentivar el turismo también es tarea de todos.

miércoles, 22 de junio de 2011

Redes raciales




“Abajo los indígenas amixer, vayan a cosechar las papas y a cuidar las llamas y no caguen el país”, encantador comentario de un cibernauta que expresa en su malestar ante los resultados del domingo 5 de junio. Lo peor de nosotros expresado en la vitrina mundial más mediática de todas: Internet.

Si las amenazas de los desesperados se manifestaran en hechos reales, en este preciso momento el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez debería estar colapsando ante la demanda de jóvenes muchachos emprendedores con IPad en mano que quieren salir del país. Los espera, según sus propios deseos, Europa o EE.UU., destinos inmediatos para su frustración electoral. Peru, Nebraska también aparece entre los rumbos de los conmocionados. Tienen derecho a meterse unos tubazos.

Vamos a pasar por alto las gruesas fallas ortográficas, tan comunes en un medio como el Facebook, y las construcciones gramaticales propias del lenguaje adolescente MTV. Vamos a considerar que se trata de opiniones personales que llevan una carga de desilusión, más allá de expresar su malestar interno, vamos a creer que son solo chistes de un humor bastante negro que no tendrían mayor reacción si no salen de la cofradía de amigos de colegio. Vamos a poner a un lado su evidente falta de información sobre términos como “ignorancia”, “socialismo” y “democracia”. Vamos, en resumen, a tratar de comprenderlos.

No. No se puede.

El fenómeno no es nuevo. Basta leer a Andrés Bedoya en su columna “La Ortiga” para saber que el deseo de exterminar poblaciones enteras con napalm no es solo un fotograma de “Apocalipsis Now”. Es intolerancia frente al que no es “como uno” o no es “lo que uno quisiera ser”, en un país que se ha empinado sobre los complejos de inferioridad que se refuerzan para mantener privilegios. El racismo ha encontrado una nueva forma de salir de su sarcófago y pasar de ser un simple comentario entre compadres a dardos envenenados contra lo que nos avergüenza, precisamente por ser peruano.

“Vergüenza Democrática” trata de recoger estas expresiones, poniendo en el Facebook cada frase intolerante y cargada de rabia que sale de los dedos de miles de cibernautas ignorantes que han volcado su bazofia después de la Segunda Vuelta. Pero la oferta es tanta que las idioteces aparecen por todos lados, como la iniciativa “Quema de libros de Mario Vargas Llosa”, que hasta el cierre de esta edición ya tenía 29 seguidores.

Sólo queda tratar de clasificarlos. He aquí un intento que pretende ubicarlos en algún lugar donde sus “ideas” podrían ser políticamente correctas. Conozcámoslos.

1. El aspirante a jefe de la ONPE, que ha entendido el problema y propone soluciones técnicas para cada trance electoral: “Deberían ser dos elecciones por separado. Un candidato para Lima, donde votamos los que queremos el desarrollo y crecimiento económico de nuestro país, y aparte, otro candidato para las demás provincias donde votan toda la sarta de” fronterizos” irracionales que buscan el beneficio personal sin importarles las consecuencias… por gente como ellos … es que el Perú siempre será un país tercermundista. Un lastima”.
2. El antimilitarista escatológico: “Cachaco de mierda, todavía no puedo creerlo, país de mierda”. Linda frase enviada desde un Blackberry.
3. El antropólogo con dispepsia electoral:
“No tengo nada contra los serranos pero la han cagado con sus votos”. Diplomático el chico.
4. El caudillo (tomando como referencia el comercial de una conocida cerveza también podría catalogarse como “El causita”): “¿Quién quiere ir a la Plaza de Armas a matar humalistas?” A ella le responde un entusiasta arequipeño, defensor del Patrimonio: “Yooooo, por que se están bañanado (sic) en tuturutu”
5. El nacionalista: “uno q kiere hacer patria… nos obligan a largarnos a otro pais”. Cosmopolita la muchacha, además de versada en el uso correcto del castellano.
6. El amigo elegido: “Estoy tan decepcionada de la gente de mi país. Prefiero no salir a la calle xq si veo a gente pobre los atropello”.

Como se sabe no hubo matanza alguna en la Plaza de Armas. Tampoco una fuga de talentos hacia países sin provincias. Pura bravata de miles de necios a los cuales se les protege con el anonimato de represalias que tampoco se buscan. El poeta Jesús Martínez encontró el sinónimo perfecto para este racismo: “Es miedo”. Miedo a perder lo que se tiene. “Al lado oscuro el miedo lleva” dice Yoda en su lenguaje que pone los verbos al final, como los titulares del diario El Pueblo. Al final el miedo es algo que todos hemos sentido alguna vez, y la forma de enfrentarlo es lo que separa a los valientes de los cobardes.

Recuérdalo cada vez que un tico te cierre el paso.

jueves, 24 de marzo de 2011