miércoles, 11 de marzo de 2009

Profundidades de un jaque mate*

Julio Ernesto Granda (Camaná, 1967), titán del ajedrez nacional, vuelve a ser noticia por triunfos importantes lejos de su patria. Con historias que lo han vinculado hasta con lo extraterreno, Granda se da maña para seguir haciendo enroques y jaque mates.

El 10 de febrero de 1996, un ordenador consiguió vencer por primera vez en la historia a un campeón mundial de ajedrez vigente, Garry Kasparov. La máquina se llamaba “Azul Profundo” (Deep Blue) y efectivamente logró poner profundamente azul a un Kasparov que hasta ahora no entiende cómo unos cuantos chips muy disciplinados pudieron sacarlo de quicio. Luego inventaron “The Matrix”. Neo no jugaba ajedrez.
Siete años después, en la provincia de Camaná (Arequipa, Perú), Julio Granda estaba regando una maceta. Así lo encontré cuando fui a entrevistarlo, o mas bien a hacerle la única pregunta que en ese momento me zarandeaba la curiosidad: ¿es verdad, Julio, que te secuestró un platillo volador?.
En Camaná, la chacra se combina con el mar. En invierno el frío lo gobierna todo y la neblina es especialmente propicia para imaginar que a E.T. le encanta el arroz. (Camaná tiene la mayor producción arrocera de Arequipa). A Granda le gusta mucho ese cereal.
Esa tarde, Julio me negó rotundamente que hubiese despegado de este planeta a bordo que cualquier objeto tripulado por marcianos. Me contó una historia algo exótica sobre una piedra que se deshizo en sus manos y que desde entonces cree en Dios. Eso fue todo. Preferí no discutir. Luego, como es lógico, jugamos ajedrez. No supe hasta ese mágico momento que uno también puede hacer el ridículo jugando ajedrez. Tendré mi revancha.
Ese día también vi a Granda jugar fulbito, donde mi duda sobre su abducción cobró fuerza. Estaba Julio en el área chica, recibió el balón de cara al arco y los defensas estaban a 10 metros del camanejo. De un soberbio zapatazo mandó el esférico por arriba (muy arriba) del pórtico. Hay que ser de Marte para fallar ese gol.
Julio Granda consiguió el primer lugar en el Torneo Magistral de Ajedrez, Copa Entel 2006 que se disputó en Santiago de Chile del 22 al 29 de marzo. Su rival más terco fue un niño de 12 años, compatriota llamado Emilio Córdoba con quien terminó igualado en puntaje en el certamen. Que Granda haya sido el campeón fue por dictamen de los organizadores, pero el premio lo repartió equitativamente con Córdoba.
Desde que Julio Granda consiguió la fama mundial al convertirse de muy joven en GMI (Gran Maestro Internacional), no ha habido otro referente peruano en el deporte ciencia como el camanejo. Quizás Córdoba sea la semilla de una nueva generación de ajedrecistas patrios adictos a la monarquía en 64 casilleros. Quizás a él si se lo lleven los amigos de Sixto Paz.
Ese invierno del año 2003 le pregunté a Granda también sobre el rival con el que más le motivaba enfrentarse y no dudó en responder: Kasparov. Lógicamente, le inquirí sobre el resultado de la partida. “Me ganó, por supuesto”, me dijo casi riendo.
Entonces curioseé sobre si conocía el encuentro contra Deep Blue. Granda no dijo nada, sólo volteó la cabeza y miró hacia la chacra que tiene en su preciosa casa en Camaná. Luego nos fuimos a almorzar. En su sala había un dvd de “The Matrix”.

*Publicado en El Búho en el año 2006

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